viernes, 11 de abril de 2008

Nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que conocimos en nuestra infancia.
GREEN, Julien

Infancia


Que bonita es la infancia Aunque existe una canción de esta poesía, para los que no la han escuchado les entrego esta maravilla.Que bonita es la infancia. ¿Quien no ha querido nunca volver a ser un niño? No creo que haya nadie...A las nueve tempranito estás en el colegio, la maestra te pregunta ¿Los deberes no los haces? –Señorita me dolía la cabeza, no pude acabar la tarea. Sin problemas el gafitas de la clase si los tiene y cuando sale a la pizarra tú y tu amigo recordáis, aquella tarde con la play jugando al FIFA unos donuts de merienda, unos goles y unas risas, que bonita es la infancia ya de chico no había prisa. En el recreo os metéis con el estudioso de las gafas y no os replica, el chavalín que nunca habría la boca. Que crueles son los niños cuando uno se equivoca. Recuerdo cuando de mí se reían por qué no tenían marca los calzados que vestía. Aquellos días- papa yo quiero las yumas de rayas grises- - que va hijo no se puede, veremos haber que se hace el mes que viene – y se reían de mí, cosas de niños, que crueles.Niños, sois casi adolescentes, secundaria obligatoria que sorpresa. No veas le cachondeito con las niñas buscando en los bolsos las compresas. Os hacéis mayores y el más chulito está fumándose un cigarro. ¿Por qué fumas? Por qué no será tan malo por qué fuman en la tele y hasta fuma el mayor de tus hermanos. Olvídalo no es sano. La vida es dura y estudiar es necesario.Niños, aunque sigamos llevando uno dentro, ya somos adultos, muy pocos llegan a universitario, arrepentidos los que sí que pudieron y sin embargo por pereza no estudiaron. La mayoría de chavales, currículum en mano, deseando esa llamada esperada que les diga -¡hay trabajo!- Es la vida ¿si o no? Te enamoras y a veces sin querer dejas a tu novia embarazada, ya necesitas un hogar, nido de amor-¡no se como lo vamos hacer!- -pero mujer, no te eches a llorar, --¡saldremos!-Voy al banco con mi padre a solicitar un préstamo, la cosa está que arde, esperemos nos lo den. Ya en el banco –un momento director, tú y yo nos conocemos- Cuando el director se pone las gafas lo reconoces. El director del banco era el chico de las gafas, aquel chavalín que nunca abría la boca, el que se hartaba a estudiar mientras tú jugabas a la play.