Don Mario Benedetti fallece en Montevideo, capital de Uruguay luego de una enfermedad que lo mantenía con largos períodos de hospitalización. 88 años de una vida plena aunque dura que le hicieron una de las principales voces de la literatura latino americana.
Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia fue su nombre completo y nació en Paso de los Toros el 14 de septiembre de 1920 y vivió en varias partes del mundo, inicialmente por el exilio obligado por la dictadura vivió en Buenos Aires, Perú, Cuba y España. Volvió a Uruguay en 1983 en un período que llamó de des exilio y que se extendió hasta hoy. Su obra literaria incluye piezas imborrables como La Tregua que fue llevada al cine y poemas que se convirtieron en canciones y han dado la vuelta al mundo a través de la voz de Joan Manuel Serrat, entre otros. Hoy todos le lloran. La noticia de su muerte cierra este domingo con un velo de tristeza que seguramente él no habría querido para sus amigos, pero es inevitable.
Don Mario, gracias por tantos versos, gracias por tanta vida, gracias por tanto amor. Nos tocará a todos mantener su verso vivo, como mantienen vivos ellos en nosotros la Defensa de la alegría.
Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia fue su nombre completo y nació en Paso de los Toros el 14 de septiembre de 1920 y vivió en varias partes del mundo, inicialmente por el exilio obligado por la dictadura vivió en Buenos Aires, Perú, Cuba y España. Volvió a Uruguay en 1983 en un período que llamó de des exilio y que se extendió hasta hoy. Su obra literaria incluye piezas imborrables como La Tregua que fue llevada al cine y poemas que se convirtieron en canciones y han dado la vuelta al mundo a través de la voz de Joan Manuel Serrat, entre otros. Hoy todos le lloran. La noticia de su muerte cierra este domingo con un velo de tristeza que seguramente él no habría querido para sus amigos, pero es inevitable.
Don Mario, gracias por tantos versos, gracias por tanta vida, gracias por tanto amor. Nos tocará a todos mantener su verso vivo, como mantienen vivos ellos en nosotros la Defensa de la alegría.
Hagamos un trato
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)
(de una canción de Carlos Puebla)
Compañera,
usted sabe que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces
Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
.
Tengo una soledad tan concurrida tan llena de nostalgias y de rostros de vos de adioses hace tiempo y besos bienvenidos de primeras de cambio y de último vagón.
Tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión por colores tamaños y promesas por época por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más, me abrazo a tus ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras de noches y deseos de risas y de alguna maldición.
Mis huéspedes concurren, concurren como sueños con sus rencores nuevos su falta de candor. Yo les pongo una escoba tras la puerta porque quiero estar solo con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos mira a otra parte con sus ojos de amor que ya no aman como víveres que buscan a su hambre miran y miran y apagan la jornada.
Las paredes se van queda la noche las nostalgias se van no queda nada.
Ya mi rostro de vos cierra los ojos.
Y es una soledad tan desolada.
Tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión por colores tamaños y promesas por época por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más, me abrazo a tus ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras de noches y deseos de risas y de alguna maldición.
Mis huéspedes concurren, concurren como sueños con sus rencores nuevos su falta de candor. Yo les pongo una escoba tras la puerta porque quiero estar solo con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos mira a otra parte con sus ojos de amor que ya no aman como víveres que buscan a su hambre miran y miran y apagan la jornada.
Las paredes se van queda la noche las nostalgias se van no queda nada.
Ya mi rostro de vos cierra los ojos.
Y es una soledad tan desolada.
A mi padre, en su 1º aniversario, fallecio un 19 de mayo de 2008