martes, 6 de mayo de 2008

La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado.
OVIDIO NASÓN, Publio

No abandones la esperanza

Nace el optimismo de repente en mi conciencia y asimiló lo escuchado y me entrego a la emoción. Recubro los recuerdos del pasado con lágrimas que no volveré a llorar y alimento aquel fósforo que se apaciguó y estaba a punto de apagarse por los vientos huracanados de mi desesperación. ¿Y si es posible escuchar esa carcajada que se esconde en mi corazón? Comenzar a entender que la gente habla y habla...ver que tengo la fuerza que me negué por miedo a fracasar y me consideré ya derrotado por la vida. ¿Qué es fracasar? Unos ideales que te implante la sociedad no te hacen valer como persona: tener una carrera, dinero, ser “guapo”, tener pareja…al fin y al cabo el tesoro se esconde en nuestro corazón y nuestra alma nos protege de los males y nos hace seguir adelante. ¿Me permito tener esperanza? ¿Y si no espero tanto de mi? ¿Y si me hago valer?Palabra clave: paciencia. Todo llegará algún día, tarde o temprano. ¿Por qué no liberamos nuestra parte soñadora y optimista y la escuchamos por unos momentos? Se que puede que después de unos minutos, horas, días…pensaré todo lo contrario y volveré a tropezar, pero tengo la certeza de que este escrito que guardaré podrá consolarme y hacerme ver que YO soy capaz de ayudarme a mí mismo. La hipocresía de la gente te puede servir por unos instantes, pero, ¿para qué nos vamos a engañar? La gente tiene problemas y no es perfecta; y por qué no sincerarnos y decir, que la mayoría se mueve por propio interés. Cuando me dicen que coja lo que más me beneficie de una persona, me niego completamente, es decir, en la amistad es todo o nada. Habrá gente para reír, pero lo más importante es poder llorar en el hombro de alguien. ¿Para qué me voy a aprovechar de un simple aspecto de una persona si el todo en sí no me gusta? ¿Es posible encontrar la verdadera amistad? Sí, lo es, pero, muy difícil y las decepciones siempre serán parte de nuestra vida, porque al fin y al cabo las expectativas que tenemos de nosotros mismos, de la gente, del mundo…no se pueden eliminar así como así…lo que sí es posible es apaciguar esa exigencia y alimentar nuestra tolerancia.