martes, 24 de junio de 2008

He observado muchas veces que para prosperar en este mundo hay que tener aire de tonto, pero sin serlo.
MONTESQUIEU, Charles de Secondat, barón de

El Autoestopista

Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera a medianoche haciendo autostop en una noche de furiosa tormenta.
Caminaba sin descanso desde hacia varias horas pero nadie se paraba para llevarlo. La tormenta era tan fuerte que apenas sí se alcanzaba a ver a unos 3 metros de distancia. De repente, vio cómo un extraño coche con las luces apagadas se acercaba lentamente y al final se detuvo frente a él. El hombre, dado su penoso estado se subio sin dudarlo al coche y cerro la puerta. Miro hacia el asiento de al lado y se dio cuenta con asombro de que nadie hiba conduciendo el coche.
El coche arranco suave y pausadamente. El hombre miro hacia la carretera y con horror se percato de que delante habia una curva. Asustado, comenzo a rezar e implorar por su salvación al advertir su trágico destino. Aún no habia terminado de salir de su espanto cuando, justo antes de llegar a la curva, aparecio una mano tenebrosa por la ventana del chofer y movio el volante lentamente pero con firmeza. Paralizado del terror y sin aliento, medio cerro los ojos y se aferro con todas sus fuerzas al asiento; inmóvil e impotente vio cómo sucedía lo mismo en cada curva del oscuro camino, mientras la tormenta aumentaba su fuerza.
El hombre, sacando fuerzas de donde ya no le quedaban, se bajo del coche a la primera oportunidad y se echo a correr por toda la carretera hasta el pueblo más cercano. Exhausto, todo empapado, se dirigio a una cantina del pueblo, que se encontraba aún abierta. Entro y pidio una botella de ron y todavía temblando les empezo a contar a todos los presentes la horrible experiencia que acababa de presenciar. Se hizo un silencio ante el asombro de todos.
A la media hora entraron a la cantina dos hombres, todos mojados, y le dijo uno al otro en tono molesto y socarron:
"Mira Juan, allí está el tonto que se subió al coche cuando lo veníamos empujando."